viernes, 23 de octubre de 2009

La noche del Nocturno...


Pensando en su vida se sienta el mancebo,

Lánguido y triste, toma un papel y escribe,

Mientras escribe recuerda, cada instante de alegria,

Rie, juega y llora, la recuerda…

Imagina, lo feliz que hubiese sido,

tenerla por siempre a su lado,

tararea con voz quebrada la cancion,

que alguna vez se nego a bailar,

toma un trago, lo desliza en su boca, respira…

sigue escribiendo, el papel se queda corto,

toma otra pieza, se imagina un futuro con ella,

lindos niños corriendo por su casa,

y ella a su lado, inspirando su poesia,

su carrera de poeta en pleno éxito,

sus poemas leidos por miles de personas en el mundo,

pero no el que escribe, ya que si fuese realidad,

jamas lo hubiese escrito,

la piensa, nuevamente, la piensa…

escribe con letra y le roba una sonrisa,

 

¡Qué hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;

 

El poeta joven, pero con buen genio,

Seguia escribiendo mientras veia de reojo

Un vaso de cristal,

Oh! Rosario, exclamaba mientras lloraba,

Sigue escribiendo, no se detiene,

No quiere esperar dar el paso,

Que le dara fama de Romeo,

Se sabe a si mismo, ya exitoso,

Demostrara sin duda algo mas que amor,

Amor por una doncella,

A la cual dedica su mas grande inspiración,

Toma el vaso, ingiere el veneno,

KCN diluido y muere,

Cae uno mas por esta ilusion,

Su ultimos versos lo delatan,

Aunque lo que ha escrito,

No tiene comparación,

Seguro sera recordado, seguro,

Ya muerto sus ojos aun lloran,

Murio con ojos cerrados,

Seis versos lo dicen todo:
 

¡Adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!

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