lunes, 12 de octubre de 2009

Alcoholemia

 
Sentado en su mesa,
empina la copa,
licor del mas amargo,
barato como sus ropas,
tan bohemio el hombre,
que cuentas sus proesas,
sus virtudes y sus penas,
cansado ya de tanto andar,
se sirve otro trago en aquel bar,
sigue contando para quien,
si no hay nadie,
mas que el mozo y la botella,
se levanta y grita,
con furor espiritual,
ya no tengo nada,
ni nada por que andar,
se sienta de nuevo, y mira alrededor,
otra botella mozo, del mismo ron,
engulle, sus tristeza en una copa mas,
es la alcoholemia que le sigue,
la alcoholemia no se va.



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