sábado, 7 de noviembre de 2009

Suplicas...


Caminando entre la oscuridad eterna,
en mi invisible lecho de muerte,
recuerdo a la reyna de rojo,
que a menudo calma mi tristezas,
me toma de la soledad,
me levanta y reconforta,
me hace desear vivir de nuevo,
aunque mi amor a ella no le importa,
mi corazon la llama, le implora,
aunque antes la miraba,
hace ya tanto tiempo,
estaba lejos, demasiado lejos,
sigo caminando lento, suave...
escucho su voz en el silencio,
muy lejos, distante, lejos,
aunque para mi , su amor no lo veo,
espero sin duda su llamada,
aunque esta sea,
mi ultima plegaria,
aunque este sea...
mi ultimo aliento.

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